Momentos de pánico vivieron los habitantes de Tixtla luego de haberse reportado una fuga de amoníaco que se escapó de una fábrica hielo abandonada; el olor alertó a todos los ciudadanos al comenzar sentir irritación en la garganta, por lo que hicieron el llamado a las autoridades.
De acuerdo a los comentarios , esta fábrica se encuentra en desuso y se tiene una primara hipótesis al señalar que el amoníaco acumulado pudo haber generado corrosión en los sistemas de presión y por ende se escapó, provocando que por varias cuadras llegara ese olor provocando reacción en los pobladores.
De acuerdo al reporte de las autoridades, las fábricas de hielo usan el amoniaco como un agente refrigerante en los sistemas industriales debido a que tiene propiedades termodinámicas que permiten una refrigeración eficiente y económica.
En estas fábricas de acuerdo a los expertos señala que el proceso de la fabricación del hielo, el amoníaco se comprime y se convierte en gas, luego se enfría, liberando calor y volviendo a líquido, en la recta final del proceso se expande, teniendo como resultado absorber el calor y congelando el agua y de esta manera concretarse en hielo.
Sin embargo, en los reportes especializados el amoníaco es un riesgos diversos para la salud, principalmente por su efecto irritante y corrosivo; y el estar en exposición constante a este químico, y siendo en baja concentración provoca algunas reacciones en el cuerpo como son irritación en los ojos, nariz, garganta, así como de la piel.
Además, provoca problemas respiratorios, incluyendo tos, falta de aire y, cuando son casos severos, se llega a tener edema pulmonar.
Ante la preocupación de los ciudadanos, los elementos de Protección Civil del municipio de Tixtla llegaron de inmediato para atender este problema y con una brigada especializada para controlar la fuga de amoníaco al interior de esta fábrica de hielo.
Al final el departamento de Protección Civil dio su informe de hechos de lo sucedido en la calle Plácido García Reynoso, en el barrio del Santuario, y explicó que “con el apoyo de personal de la minera Media Luna y con el uso de equipo especializado para el manejo de sustancias peligrosas, se llevó a cabo la inspección en la zona para verificar e identificar el nivel de toxicidad en la zona y extremar las medidas de precaución pertinentes”.
En dicho reporte agregaron que dieron informe a las “autoridades de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), para que en su conjunto se determinen los mecanismos para proceder a la neutralización, recolección y disposición final del amoníaco localizado en la zona”.
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